lunes, 28 de febrero de 2011

PRÉSTAMO DE LIBROS ELECTRÓNICOS

La llegada a las bibliotecas de una nueva generación de usuarios, nacidos en la era digital, lleva aparejado cambios sustanciales en la forma de percibir nuestros servicios. No sólo acuden con su propia tecnología, sino que exigen esa tecnología a las bibliotecas.
En España, a comienzos de año, la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura puso en marcha un programa de introducción del libro electrónico en las bibliotecas públicas del Estado. Participaron en esta primera fase 15 bibliotecas que se repartieron una media de 50 dispositivos electrónicos. Los libros electrónicos que contiene los e-books son obras de dominio público que se encuentran cargadas en los mismos, bien en el propio dispositivo, o bien en tarjetas SD.
También varias bibliotecas universitarias como la de la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad de Salamanca, la de Málaga, etc., poseen dispositivos electrónicos para el préstamo, cargados en su mayoría con los libros electrónicos de sus repositorios digitales, los publicados por los servicios de publicaciones de las propias universidades, y, en algunos casos, obras literarias más actualizadas, sobre las que han llegado a acuerdos con las editoriales que las publican.
Aún es pronto para conocer los resultados de esta iniciativa en las bibliotecas públicas. En el caso de las universidades, la respuesta ha sido muy buena, y a pesar de algunas deficiencias técnicas, el servicio está teniendo mucho éxito entre alumnos y docentes.
En EEUU donde el préstamo de libros electrónicos en colegios y bibliotecas ha alcanzado una gran difusión, 13.000 los establecimientos disponen de este sistema, han aumentado considerablemente el número de lectores, el préstamo de libros y la visibilidad de las bibliotecas desde le punto de vista tecnológico.
Si la progresión en el uso del libro digital sigue con la misma celeridad que hasta la fecha, el almacenamiento de documentos impresos y su tradicional puesta a disposición dejará de ser la principal actividad en las bibliotecas americanas.
Por esta razón, se ha abierto un importante debate sobre los cambios significativos que el libro electrónico introduce en los servicios bibliotecarios y en el diseño y distribución de los espacios de la biblioteca.
La 77 Conferencia General de de la IFLA, que se celebrará en agosto, versará sobre el efecto de las nuevas tecnologías en las bibliotecas. Estaremos atentos a las conclusiones de dicha conferencia.