jueves, 12 de diciembre de 2013

UN NOBEL CONTRA " LA TIRANÍA" DE LAS REVISTAS CIENTÍFICAS

Al hilo del último post sobre el acceso abierto, hoy queremos hablaros de una noticia que nos llega de Estocolmo sobre el último premio Nobel de Medicina, Randy Shekman. En una entrevista publicada en The Guardian sostiene que “las revistas científicas de élite, en particular Nature, Science y Cell, distorsionan el proceso científico o, peor aún, ejercen una “tiranía” sobre él que no solo desfigura la imagen pública de la ciencia, sino incluso sus prioridades y su funcionamiento diario”.
Además, ha añadido que a partir de este momento no va a publicar más en ninguna de las tres, y ha fundado su propia revista científica eLife, una publicación científica en abierto que pretende contribuir a crear una nueva forma de publicación, divulgación y evaluación de la ciencia.
Lo que plantea Sherman va más allá de un conflicto editorial, ya que la carrera de cualquier científico depende en gran medida del número de  investigaciones que logre  publicar en una de las revistas de mayor impacto, y las tres citadas lo son. Eso da lugar a que dichas revistas reciban tal número de artículos cada semana que se ven obligadas a rechazar un 90% de los mismos, lo que hace muy difícil conseguir publicar un artículo. Además, según denuncia el propio Shekman la admisión de un texto “puede estar sujeta a consideraciones de política científica, presiones o incluso contactos personales”.
Otras voces como la de Peter Lawrence, Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias y profesor de la Universidad de Cambridge, viene denunciando desde hace tiempo esta situación. Lo mismo ocurre con Michael Eisen, profesor de la Universidad de California Berkeley y creador, junto con Patrick Brown, un bioquímico de la Universidad de Stanford, de Public Library of Science (PLoS), de un proyecto sin ánimo de lucro, una colección de revistas científicas publicadas en abierto, con licencia Creative Commons que comenzó a principios de 2001 y que ha recibido en 2004 el premio Rave Award. Curiosamente, el mismo Lawrence publicó en la revista Nature, en 2003, un artículo denunciando cómo la evaluación de la ciencia va en contra de la propia investigación científica.
Aunque muchos investigadores son conscientes del problema que plantea la actual evaluación científica, para que cambiasen las cosas, sería necesario que mayoritariamente los científicos se manifestasen en contra. Y a pesar de que es importante que un Nobel se una al movimiento del Acceso Abierto, esta estructura es tan fuerte que no es posible romperla.

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